Van perfilándose las alianzas y rupturas de cara a las elecciones del año próximo. Los gobernadores e intendentes se hallan en una situación difícil, ya que a la mayoría les resulta inviable no alinearse con el gobierno nacional, sobre todo en un año en donde además de legisladores nacionales, quizás se voten convencionales constituyentes, decidiéndose así la continuidad de Cristina Fernández más allá del 2015.
Tal cual como lo anticipamos meses atrás, el gobierno nacional promueve la reforma de la Constitución para permitir la segunda reelección consecutiva de Cristina Fernández. Durante este año, o en los primeros meses del 2013, se buscará sacar la ley que declare la necesidad de la reforma, objetivo que no es inalcanzable para el oficialismo. Y probablemente, en la elección de legisladores se incluya la nominación de constituyentes.
Para las elecciones de diputados y senadores nacionales, el
panorama es variado en las principales provincias:
En Santa Fe, se prevé una disputa palmo a palmo entre Hermes
Binner y Miguel del Sel, quienes encabezarán las listas de diputados nacionales
por dos frentes: el socialista-radical y el PRO-peronismo independiente,
respectivamente. Tercero cómodo estará quien represente los intereses del
kirchnerismo.
Córdoba presenta otro panorama, luego de la decisión de
José Manuel De la Sota
de convertirse en un referente de la oposición. El gobernador dará su
apoyo a una lista integrada por el PJ provincial, que le responde, y el PRO,
recreando el nombre de Unión por Córdoba. Seguramente, ocupará el
primer lugar. Detrás, habrá dos fuerzas parejas: el radicalismo, liderado
por Oscar Aguad, que buscará su reelección y la alianza de Luis Juez con
el kirchnerismo. Los últimos movimientos del senador indicaran claramente que
se une al oficialismo nacional. Ello es directa consecuencia del pase de De la Sota a la oposición y de la
falta de referentes kirchneristas de envergadura en la provincia.
En Mendoza, crece la figura de Julio Cobos, quien
liderará una lista radical que quizás incluya figuras extrapartidarias,
como Enrique Thomas, jefe del bloque del Frente Peronista, quien también se
halla frente al fin de su mandato. Un triunfo lo reposicionaría al ex
vicepresidente, devolviéndole algo del protagonismo perdido, luego de haber
sido casi dos años el político con mejor imagen del país.
En la
Ciudad Autónoma de Buenos Aires, en donde se eligen senadores
nacionales, la lucha será entre el PRO y el Frente para la Victoria. Ya hemos
analizado en otro artículo las perspectivas de esta elección. En las últimas
semanas, se acercó Fernando Solanas al kirchnerismo, casi del mismo modo
que lo hizo Juez en Córdoba. El FPV carece de un candidato potente de origen
peronista, por lo que Solanas guarda chances de ser representante del
oficialismo.
Pero la gran elección, será otra vez, en la provincia de Buenos
Aires. Por ahora, hay más dudas que certezas. En primer lugar, podremos verificar
hasta dónde llega la voluntad política de Daniel Scioli. ¿Tendrá participación
en el armado de listas? ¿apoyará a una lista opositora? ¿es Roberto Lavagna su
favorito? ¿por dentro o fuera del FPV? ¿contará con el apoyo de Hugo Moyano?
Otro dilema será la actitud de Sergio Massa. ¿intentará pasar
desapercibido y esperar hasta el mismo 2015 para definir su posicionamiento? ¿actuará
en función de lo que haga Scioli respecto de Cristina, haciendo lo contrario y
ocupando el espacio que éste deje vacío? ¿serían Scioli y Massa candidatos a
constituyentes si hay elecciones para tal fin?
Alicia Kirchner sería quien encabece la lista de diputados
nacionales, haciéndola poner un pie de cara al 2015, en donde sería candidata a
gobernadora…o a Presidenta, aventuran algunos, si Cristina no logra la reforma.
Se estima que tiene un piso electoral del 35%, el núcleo duro del kirchnerismo,
que podría verse elevado si votan los adolescentes, y en especial, si lo hacen
los extranjeros.
El resto de la lista será diseñado en la Casa Rosada, sin
participación alguna de Scioli y el sindicalismo. Cristina pondrá allí a los hipercristinistas que le aseguren la
máxima lealtad. La dependencia financiera provincial y el carácter del
gobernador hacen poco probable que éste responda armando una lista por afuera
del FPV, al menos ostensiblemente.
Frente a esa posibilidad, una hipotética lista apañada por Scioli
le sacaría más votos a la oposición que al gobierno, por lo que al gobernador
le quedan por ahora pocos caminos a recorrer por fuera del armado oficial.
Veremos qué pasa más cerca del 2015.
Del otro lado del río, todo es diferente. No hay conducción
centralizada, ni liderazgos convocantes, pero empiezan a definirse tibiamente
algunas posiciones.
Jesús Cariglino asomó la cabeza con sucesivos encuentros públicos
con Hugo Moyano, José Manuel de la
Sota y Mauricio Macri, entre otros. Va consolidándose como el
armador de un polo opositor con base territorial en su distrito, y ello ya le
trajo problemas, como el crimen del enfermero Walter Navarro, con el que el
vicegobernador Gabriel Mariotto armó una operación política tendiente a
desgastarlo políticamente, sobre todo cuestionando el punto más fuerte de la
gestión del intendente, la salud pública.
El intendente malvinense hizo pública su preferencia por un
acuerdo con el macrismo, y quizás sea candidato a diputado nacional el año
próximo, junto a Gabriela Michetti, si finalmente accede a cambiarse de
distrito.
Esa posibilidad dejaría libre un callejón para el peronismo que
puede representar Moyano, aunque éste mide muy mal en las encuestas. Quien
encabece esa opción sería Lavagna, si participa Scioli del armado. Por
distintos motivos, ambos no van a arriesgarse a una derrota. Otro referente de
este espacio sería Jerónimo Venegas, con buena presencia en el interior
provincial, pero con menos fuerza en el conurbano.
Otro referente del peronismo opositor es Francisco De Narváez,
quien siempre ha hecho buenas elecciones, pero con un techo que le ha impedido
ser gobernador. Hoy las encuestas no le sonríen como años atrás, y no es
confiable para los demás referentes peronistas. Su opción más probable es que
se repita la alianza con el radicalismo, en especial con el sector de Gustavo
Posse.
El radicalismo tiene suspendida una interna, que podría ayudar a
definir dónde está parado el centenario partido. Hay un sector proclive a una
futura alianza con el PRO, otro que busca juntar fuerzas con el socialismo de
Binner, y un tercero que es colaboracionista del gobierno. Una crisis de
identidad que se agrava año a año, y que lo va alejando cada vez más de
convertirse en una opción de poder.
Formalmente, la segunda fuerza electoral en la provincia es el
FAP, que en realidad es una unión transitoria de fuerzas políticas. Sus
referentes más importantes son Margarita Stolbizer, a quien se le vence el
mandato, y Víctor de Gennaro y Victoria Donda, electos en 2011. Los tres
armaron bloques distintos, lo que indica la falta de cohesión del espacio. El
senador nacional Jaime Linares pertenece al GEN, por lo que respaldaría a
Stolbizer.
En todo este análisis, puede inferirse que si la oposición no
logra cierto nivel de unidad, naufragará nuevamente. El sistema de internas
abiertas permite que todas las diferencias entre sus miembros se diriman en esa
instancia, presentando en la elección general una candidatura fuerte con
posibilidades de triunfo.
Los espacios de Cariglino-PRO, Moyano, Venegas, De Narváez y el
radicalismo deberían confluir en un solo frente, que tras la realización de las
primarias ofrecería a la sociedad una alternativa real de poder, legitimada por
la voluntad popular reflejada en las urnas.
El resultado de elección bonaerense del 2013 es particularmente
decisivo de cara a la continuidad del régimen kirchnerista. No es sólo una
elección intermedia, sino que es una instancia crucial.
Dentro de un mes, Venezuela vivirá una experiencia distinta, ya
que Hugo Chávez tendrá por primera vez un challenger
en serio, Henrique Capriles, surgido de una interna única de la oposición. Una
victoria de éste o una derrota por poco margen puede servirle a la dirigencia
opositora argentina de un modelo a seguir.