sábado, 22 de septiembre de 2012

Mariano Rovatti: "La reforma constitucional no es necesaria"

El Dr. Mariano Rovatti comenzó repasando los temas planteados en el Boletín de Información Política (BIP) en los números anteriores, entre los que destacó la participación de miembros del Instituto y de destacados expertos que prestaron su colaboración. Temas como la estatización de YPF, la crisis social, la inseguridad, la droga, la comunicación, las finanzas del Estado, la producción y el empleo y el sindicalismo, entre otros son tratados habitualmente en nuestra publicación



En el BIP nº 1, fue abordado el tema de la reforma constitucional. Recordó que en ese momento se lo veía como una locura, pero nosotros lo adelantamos y hoy está en boca de todos: el gobierno nacional impulsa un proyecto de reforma de la Constitución Nacional, con el objetivo de permitir la segunda reelección consecutiva de la Presidenta Cristina Fernández.

Analizó que para reformar la Constitución, según su art. 30, se necesita una ley que declare la necesidad de ello. La misma debe contar con el voto de al menos dos tercios de los miembros del Congreso. Tiene que convocar a elecciones de convencionales constituyentes, las que –con la ley vigente- serán manejadas por el gobierno. Para sacar la ley hoy le faltan sólo cuarenta diputados y ocho senadores, aproximadamente

Reveló que para contar con ese piso, el gobierno debe ofrecer un atractivo a algunos sectores de la oposición, a fin de que lo acompañen en la iniciativa. Ese caramelo sería la implementación del sistema parlamentario,  para lo que encargó a Eugenio Zaffaroni la redacción de un proyecto de reforma que lo contemple. Además, ya hay operadores como Luis D’Elia, Ricardo Forster, Eduardo Sigal y Diana Conti, que están recorriendo el país para instalar el tema, logrando que algunos gobernadores e intendentes empiecen a referirse a él.

Comentó que más allá de las modificaciones que se estudian incorporar a la parte dogmática del texto constitucional, lo único que interesa es la reelección de la Presidenta. Valoró que ello es negativo por varias razones:

Como principio general, la vigencia de un auténtico sistema republicano exige la periodicidad de funciones como uno de sus pilares. En el caso concreto de la Argentina de 2012, darle la posibilidad de la re-reelección a la Presidenta, implica consagrar un sistema de creciente concentración de poder en sus manos, borrando la posibilidad de recambio a través del voto.

La reelección indefinida consolidaría un sistema de sumisión extrema al poder central, haciendo ilusorio cualquier intento de federalismo, división de poderes, controles republicanos, etc. La necesidad financiera de municipios y provincias al poder central se acentuaría aún más, garantizando la obediencia ciega de intendentes, gobernadores y legisladores a la voluntad de la Casa Rosada.

Por el contrario, la certeza del fin del mandato de Cristina abriría el juego, sobre todo después de las elecciones intermedias del año que viene, dándose la posibilidad de varios postulantes –dentro y fuera del PJ- a la sucesión del poder.

Por todo ello es que estimó que la oposición debe frenar sí o sí esta iniciativa.

No obstante, cree que algunos temas sí pueden incluirse en alguna eventual reforma, siempre y cuando surjan del consenso y del debate amplio y honesto de cada tema: el mismo sistema parlamentario, la modificación del número y forma de elección de los diputados nacionales, la limitación de los decretos de necesidad y urgencia y la creación del Instituto Federal Electoral; pero todo ello, luego del 2015, una vez que asuma el nuevo gobierno.  



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