Discurso del gobernador cordobés José Manuel de la Sota, el Día de la Lealtad:
Durante la pasada dictadura
militar, un anónimo compañero escribió en una pared, jugándose el
pellejo, la frase “Perón ¡cuánto te extraño!”.
Extrañamos a
Perón, al mejor Perón.
A ése
Perón que hacia el final de su vida, logró dejar de lado todas las
humillaciones, proscripciones y persecuciones sufridas, para venir a la Argentina a buscar la
reconciliación de todos los argentinos.
A ese hombre
que aprendió, luego de años de reflexión en el exilio, y retornó para
advertirnos del abismo que se abriría bajo nuestros pies si no aprendíamos a
dialogar, a convivir, a ser pluralistas y amantes de la libertad.
Por eso
estamos hoy aquí reunidos todos los peronistas que aprendimos, y
que hace rato preferimos pasar del viejo enfrentamiento del 5x1 al sueño de una
Patria para todos: El 5+1 y así sumar compañeros sumar argentinos y sumar
sumar y sumar al infinito.
El peronismo
es Amor y el que nos insta al odio, no lo es, nunca lo fue o ha dejado de
serlo.
Recordamos en
este Día de la Lealtad
al Perón que escribiera el “Modelo Argentino para el Proyecto Nacional”, el
verdadero modelo, el único que existe para nosotros los peronistas.
Emprender esa
tarea, en este día, es para mí una obligación moral y un mandato político que
no podía postergar.
Y quiero
hacerlo en estos momentos, cuando han vuelto a circular entre nosotros,
personajes que invocan un Perón falsificado, a una caricatura de Perón cuya
insignia no es la de la paz, sino la de la lucha de clases y del
resentimiento.
Nosotros no
podemos permitir que se confunda de esa manera a la ciudadanía, especialmente a
los jóvenes; no podemos permitir que se adultere así el testamento que el
Presidente Perón nos legara.
El
Perón que aprendió, que evolucionó, que se autocriticó,
fue un visionario y, a mi juicio, un visionario aún incomprendido por muchos
que se dicen peronistas. Tal vez porque se quedaron en el pasado, no
aprendieron y su bandera es la venganza.
Ante todo,
Perón intuyó con claridad que el único camino para lograr la liberación y el
progreso de las naciones del Tercer Mundo –mucho antes del derrumbe del bloque
comunista y del agotamiento del neoliberalismo, - era que sus gobiernos no se
apartaran de la
Tercera Posición.
También nos
señaló que cualquier desviación en uno u otro sentido –a derecha o a
izquierda, real o fingido- necesariamente iba a terminar en un aumento de
nuestra dependencia ya que, como él bien nos aconsejó, “el bienestar de los Pueblos se halla por
encima de las concepciones políticas dogmáticas”.
Y sostenía
que la Argentina
debía apartarse del “juego pendular entre el liberalismo y el estatismo”.
Paralelamente,
tuvo muy en claro que el mundo se orientaba hacia una etapa de creciente
integración internacional, de “universalismo”, y que en el futuro no tendrían
cabida los nacionalismos extremos ni el patrioterismo, ni era
concebible el aislamiento de pretender vivir sólo con lo nuestro.
Perón siempre
sostuvo la necesidad de una creciente integración continental –que en alguna
medida hemos realizado ahora gracias al Mercosur- para emprender desde allí la
integración universal.
Una y otra
vez, el Presidente nos recuerda que el justicialismo no puede sino proponerse
realizar una revolución en beneficio de los más humildes, pero una revolución
en paz.
También nos
aclara que “Todo debe hacerse dentro de la ley y que nada debe realizarse fuera
de su alcance”
Su principio
fundamental era lograr que los argentinos pudiéramos vivir en una “democracia
social” poniendo iguales acentos en la palabra “social” –es decir, equitativa-
como en la palabra “democracia”.
Y
adelantándose décadas a su tiempo- vislumbró que el mundo actual ingresaría en
un período de creciente preocupación por el agotamiento de los recursos
naturales, esenciales para la subsistencia de la humanidad.
Como si hoy
conviviera con nosotros, nos dijo: “la definición de una política estable para
el agro, constituye una responsabilidad ineludible de las generaciones de
hoy para con las del futuro”
Otra de las
grandes visiones de nuestro líder fue su preocupación por que los argentinos
cuidáramos nuestro medio ambiente y elaboráramos una política de cooperación
internacional destinada a evitar los usos ecológicamente indebidos de los
avances tecnológicos.
Trató como
tema prioritario un tema de estricta actualidad en estos días: la necesidad de
establecer controles en todos los niveles de la administración. Dicho en otras
palabras: para Perón no podía existir un buen gobierno, honesto y eficiente,
sin la trasparencia absoluta de los actos de sus funcionarios en todos los
niveles.
El
pensamiento del Perón de 1974 se ubicaba en las antípodas de cualquier forma de
autoritarismo.
Afirmó su
rechazo a los sistemas de partido único, y sostuvo que su ideal era el
pluralismo.
Otro aspecto
del pensamiento Perón, que hoy adquiere relevancia, es su recomendación de
respetar a rajatabla la pluralidad informativa.
Así dijo:
"La opinión pública está lo suficientemente preparada para criticar la
información que recibe”. Y agregó, “No es posible “venderle” ideas
al Pueblo”.
En esos años
Perón manifestó también una profunda preocupación por la organización interna
del movimiento y del Partido Justicialista.
“El hombre no
vence al tiempo; lo único que puede vencer al tiempo es la organización”, nos
dijo reiteradamente.
El ya sabía
en los años '70, que pasaría a la historia como el único y el último
“hombre providencial” de los trabajadores y los humildes de nuestro país.
Para él la
única salida viable era que el movimiento quedara en manos de los peronistas,
de todos los peronistas, actuando orgánicamente, respetando la democracia
interna y la voluntad del pueblo.
Sin duda el
mayor consejo paternal que el General supo dejarnos es que, ante todo, el
Justicialismo seguiría existiendo como una gran fuerza política sólo en la
medida que supiéramos defender a los más humildes y a la democracia que tanto
nos costara recuperar después de años de luchas y sacrificios.
Seguramente,
si hoy viviera, nos diría que no es peronista quien intenta dividir al pueblo,
quien trata como enemigo al adversario, quien ignora los verdaderos problemas
del país o intenta acallar a sus críticos bien intencionados.
Hoy los
argentinos, además de los muchos problemas que quedan por resolver en materia
de inflación, inseguridad o empleo; vivimos en un clima de tensión.
Parece que
lejos de estar Unidos, estamos Dominados.
Dominados por
un estado de crispación que nos divide. Dominados por una trampa absurda que
enfrenta a argentinos contra argentinos.
El peronismo
está muy lejos de la sociedad bipolar que nos quieren imponer.
Somos un gran
movimiento popular cuyos pilares son la unión nacional, la justicia social y la
independencia económica.
Y no hay un
solo compañero o compañera del peronismo, capaz de bajar la cabeza y resignarse
a este presente lleno de conflictos innecesarios.
Los
verdaderos peronistas, tenemos un solo enemigo: la miseria, la desigualdad, la
pobreza.
Y el amor que
tenemos por la Patria ,
será el motor de los cambios que se vienen.
El futuro
está adelante. Y el progreso para todos, también.
Si dejamos de
pelear por cosas que no tienen sentido.
Si decidimos
aprovechar la enorme oportunidad de crecimiento que tenemos al alcance de
nuestras manos.
Si respetamos
al otro, más allá de si piensa igual o distinto que uno.