miércoles, 23 de mayo de 2012

Panorama actual anticipando el futuro


Por Ricardo Auer


EL BUEN GOBIERNO
Algunos caracterizan a un buen gobierno por la creación de empleo en el sector privado, en forma sustentable y con mejoras objetivas de la educación popular. Otros lo hacen por la masa de dinero que llega al pueblo para un consumo generoso. Al primero lo llamamos desarrollo económico y social. Al segundo crecimiento económico con escasa y limitada distribución social. El primero puede tener ciclos de mayor o menor crecimiento de la economía, pero su núcleo duro consiste en avanzar, a mayor o menor velocidad, con rumbo a agregar mayor valor a bienes y servicios, y con creciente nivel de conocimientos de toda la población. La doctrina que lo sustenta sólo puede vislumbrarse a mediano plazo y exige un esfuerzo complejo de articulación entre actores institucionales, políticos, culturales, estatales y privados. La dirigencia debe tener gran prestigio para explicar sus fundamentos y capacidad didáctica para sostenerlo en épocas malas (que inevitablemente siempre existen). El segundo se visualiza por la satisfacción inmediata, pudiéndose sostener con un consumo adecuado a cada nivel económico: asistencialismo + celulares baratos + futbol para todos, para los más humildes y moderna tecnología y viajes al exterior baratos para los de mayor ingreso económico. Su sustentabilidad depende de factores externos: petróleo o soja abundante y de bajo costo, con altos precios internacionales. No requiere la articulación de consensos internos y es cortoplacista por excelencia. Cada uno puede eligir lo que es un “buen gobierno”.

EL ACTUAL “MODELO” MUESTRA SIGNOS DE AGOTAMIENTO
El agro (y la soja en particular) es el motor central del actual modelo. El dólar congelado, la alta inflación y los bajos rindes de soja y de maíz (por la sequía) muestran para el 2012 un escenario de escasez. Los productores recibirán una menor renta, a lo que se le sumará la presión impositiva (nacional, provincial y municipal), motorizada por la inflación de costos del sector público. Las provincias no reciben los fondos coparticipables del gobierno nacional y las municipalidades aguantan con lo que tampoco les llega. Reflejo de todo ello es el “parate” de la obra pública en todo el interior del país.

La falta de competitividad externa está haciendo estragos en las economías regionales, lejanas a la zona núcleo, a las que se les hace cada vez más difícil exportar por el incremento de sus costos en dólares, sin posibilidades de trasladarlos a los precios de exportación.

Toda la producción agropecuaria y agroindustrial ya no alcanza para financiar el gasto público, desbordado por factores estrictamente políticos cortoplacistas. Las trabas a la importación son el reflejo de la crisis de divisas. La clase media (que es la que consume) tiene la percepción, que sus ingresos del 2012 son más bajos que en 2011, provocada por una merma en el poder de compra, a causa de mayores tasas en diversos tributos municipales y provinciales, aumento de diversos servicios personales, la incertidumbre tarifaria y la relativamente alta inflación.

El cambio constante de las reglas de juego genera incertidumbre  que se refleja en la caída sistemática del superávit fiscal y en la falta de inversión en el sector privado. La creación de empleo en los últimos 3-4 años ha sido fundamentalmente en el sector público, lo que demuestra que los fundamentos del modelo de desarrollo son débiles. Si bien en el 2011 hubo alto crecimiento económico, la inflación, mas la falta de política energética y también la desaceleración económica mundial, están produciendo el agotamiento del modelo actual. La industria ha entrado en su fase descendente. La producción de manufacturas en 2012 es la mitad del de 2011. El año pasado fue de entre +6% y +7% en todos los sectores menos el automotriz, que anduvo en +18%. Este año todo lo que no es automotriz promedia entre el +3% y +4%, y lo que es automotriz todavía es impreciso, en una franja que va hasta +8%. Mucho dependerá de Brasil, que tiene un 1er. semestre complicado y está devaluando su moneda.

La clase media (que es la que consume) tiene la percepción, que sus ingresos del 2012 son más bajos que en 2011, provocada por una merma en el poder de compra, a causa de mayores tasas en diversos tributos municipales y provinciales, aumento de diversos servicios personales, la incertidumbre tarifaria y la relativamente alta inflación.

INFLACION: No hay un consenso nacional sobre las causas de la inflación. Tiene razón el oficialismo cuando atribuye como una de las principales a la “puja distributiva”. Sectores monetaristas la atribuyen a una sobreoferta de dinero, frente a la cantidad de bienes ofrecidos. Determinar las causas es importante, porque constituyen el punto de partida del relato, de la visión con que se gestiona la “res pública”.

El problema de las visiones “idealizadas”, con esquemas rígidos preconcebidos, es que ambas chocan con la realidad. Si hubiese una libre competencia real y efectiva del mercado de bienes y servicios, entre ellos el laboral, sería posible pensar que la relación de bienes y de masa monetaria tenga una importancia destacada. Pero en la realidad eso no ocurre en lo más mínimo. Los mercados están regulados, tanto por el Estado como por los grupos que ejercen una posición dominante de cada mercado sectorial. YPF controla el 66% del mercado de gas en garrafa y combustibles. Es la que fija los precios. Los supermercados son otro ejemplo y así hay varios. Además tenemos una masa de habitantes que no entran en el “mercado”, ni son empresarios ni asalariados; sobreviven en negro; se ocupan de las “sobras” que otros dejan.
Quien domina un espacio está ejerciendo un poder, para sacar ventajas con respecto a otros sectores. El Movimiento Obrero Organizado -MOO- tiene una larga tradición de negociación, para ejercer la defensa de su sector, en orden a mantener o mejorar su posición relativa en el mercado. Pero hay muchos otros sectores que no tienen esa posibilidad: los jubilados, los sectores profesionales autónomos no agremiados, la gran masa de obreros y empleados en negro y otros sectores de servicios. El comerciante siempre tiene el arma de “remarcar los precios”, aunque sea a costa de vender menos. La dispersión malsana de los ingresos, que no respeta esfuerzos y estudios realizados, trae además un profundo resentimiento social, que aumenta la tensión cotidiana.

Algunos tienen ventajas marginales positivas, como ser algunos funcionarios del Estado (en el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial) que han conseguido incrementar sus sueldos en el orden del 100 % en menos de 2 años. O sectores de jubilaciones de privilegio.

EL OFICIALISMO: ha comenzado a transparentar públicamente su nerviosismo sobre la declinación de la actividad económica, que deteriora las cuentas públicas, apelando, una vez más, a endosar las “culpas” a la caída económica en todo el mundo y a la crisis europea (“se nos cayó el mundo encima”), como si  los demás países tendrían que, además de resolver sus propios problemas, preocuparse que nada nos falte a los argentinos y que la soja siga a buen precio. El infantilismo adolescente argentino es patético. Todavía no se llegó a decir, que la crisis externa se habría creado para ejercer una política destituyente hacia el gobierno nacional y popular.

No hay duda que el oficialismo, mientras trata de mantener un discurso escapista de corte nacionalista, comienza a transitar un camino corrido hacia la derecha, es decir de ajuste de variables, entre ellas la de la inflación. La “sintonía fina” se ha transformado ahora en “sostenimiento de la inversión”, mientras sigue lenta e inexorablemente la fuga de capitales.  Se reconoce que vendrán tiempos difíciles, pero nada se indica sobre los errores cometidos y como debe corregirse. En las actuales circunstancias, y a falta de un librito doctrinario propio,  se apela, siguiendo los preceptos de la derecha neoliberal, a que la variable de ajuste sea el salario. Por ello se felicita a UPCN por haber logrado un 21% en la paritaria, frente a una inflación del 30%. Los “centauros” tuvieron que huir frente a la propuesta de los “lápitas” gubernamentales: echar gente o bajar salarios. Esa es la realidad, aunque se la simule de otras formas.

Otros hechos más que destacados son los empresarios pro-K que están cayendo en desgracia. Ya son una legión. Se trata de otra nueva doctrina K: a los amigos ni justicia. Es decir, pérdida o declinación de sus negocios: Repsol, Eskenazi, Brito, Midlin, Cirigliano, ……… y por último, Carlos Blaquier (Ledesma).  No hay amigos ni lealtades permanentes; sólo hay intereses permanentes.

La recatada “rebelión” de Scioli refleja también un hartazgo de los intentos hegemónicos de la religión fundamentalista en que se ha convertido el cristinismo. Cualquier disidencia, sea ésta, peronista, progresista, kirchnerista, gremialista, municipal o provincial, es considerado una herejía destituyente o antipatriótica. Demasiado grotesco, aunque tolerado, hasta ahora.

ESCENARIO SINDICAL - CONFLICTIVIDAD  EN ALZA. Como constante a lo largo del tiempo se ha intentado minar el poder de negociación del MOO por parte de algunos gobiernos ó por los grupos concentrados de la economía, mediante su división a los efectos de debilitarlo. De hecho tenemos hoy 2 CGT (Moyano y Barrionuevo) y 2 CTA (Miceli y Yasky). La novedad es que ambas CGT serían, aparentemente, opositoras.

Para compensar esto, el oficialismo intenta crear una CGT “tolerante”  con la “mala” situación económica. Esto no es fácil en épocas inflacionarias y cuando comienza a haber algunos despidos. Pues ningún dirigente se suicida, jugando a menos. Todo recambio político en la cúpula de la CGT estará marcada en esa simple premisa.

Muestra de ello es el nervioso ataque, masivo y generalizado, por parte de la Presidente a toda la dirigencia sindical, tratando de intimidarlos por su supuesta “riqueza” personal; lo cual tuvo varias réplicas, de diverso calibre.

Además se constata un aumento del activismo de base, motorizado por la izquierda del PO y del MAS, que pelean su lugar en las Comisiones fabriles, lo cual obliga a las conducciones sindicales a endurecer su discurso y sus reivindicaciones. Nótese que esas opciones de izquierda han avanzado sobre espacios claves del transporte (Subte, Ferrocarril Sarmiento) lo cual presupone un “poder de fuego” (potenciación de los reclamos por caotización del transporte de personas) al estilo del poder que tiene Moyano sobre el transporte en general (de combustible, de residuos urbanos , de carga de granos de exportación y carga general.

El escenario es de mayor confusión y de poca posibilidad de conducción por parte de algún sector, incluyendo al estado mismo. Cada sector industrial o de servicios va a estar sometido al poder propio de cada sector sindical, con un poder declinante por parte del Ministerio de Trabajo.

Si se llegara a politizar algo más la situación podría haber una convergencia sindical entre los diversos sectores; una especie de “semi” unidad en la acción entre sectores de la CGT y de la CTA. El peor escenario oficialista sería que a ello se sumara un acuerdo táctico con diversos Movimientos Sociales que no gozan del beneficio clientelar del gobierno. Una acción conjunta, podría ser declarada, ya no solo “una metodología salvaje para desestabilizar”, sino “una extorsión permanente”, plausible de ser calificada como penalmente imputable de acuerdo a la “preventiva” ley antiterrorista recientemente aprobada.

JUBILADOS: Cuatro década atrás había 10 trabajadores aportantes por cada jubilado (10:1). Hoy la relación es 1,5:1. Los haberes jubilatorios menos las contribuciones tienen un déficit que ronda los $ 20.000 millones por año. Probablemente crezcan por falta de generación de empleo genuino y por la inflación. La correcta estatización de las AFJP en el año 2008, permitió robustecer el Fondo de Sustentabilidad de la ANSES. Pero con ese fondo hoy se pagan: la asignación universal por hijo; las netbook que se distribuyen en las escuelas; el programa LCD (televisores) para todos y además la ANSES le presta dinero al Tesoro Nacional que lo empapela con “pagarés”. Se podría pagar más a los jubilados si aquellos planes se sustentaran con otros recursos del Estado.  Concurrentemente el Fondo de la ANSES ha perdido en las últimas semanas unos US$ 500 millones por caída del valor de las acciones de las principales empresas del país que se encuentran en su poder (efecto YPF).

ESCENARIO DE CONFLICTIVIDAD SOCIAL Y DE INSEGURIDAD
Un conflicto que pasó casi desapercibido de los medios ha sido la renuncia (luego rechazada por la Presidente) del Viceministro de Seguridad, Cnel. Berni. El gobierno sabe que el escenario futuro estará frecuentado por episodios de conflictividad social y de inseguridad ciudadana en general. De allí la presencia de dicho profesional en ese cargo. Es que es necesario crear lazos de camaradería con las FFSS, garantizando que éstas actúen en tiempo y forma. Para ello debe garantizarse salarios y medios adecuados a la nueva etapa, donde la baja de efectivos puede ser de vital importancia.

Consecuentemente con ese escenario conflictivo, en los últimos meses se ha promulgado una ley antiterrorista y se ha iniciado un recorte del accionar de las “hinchadas unidas” y de las “barras bravas” del futbol. Habrá un seguimiento más detallado, inteligencia mediante, de todos y cada uno de los conflictos que puedan producir una reacción en cadena. Un Chernobyl social, como dice un amigo.
Frente a tantos problemas, el oficialismo tendrá dos caminos: afrontar los problemas, abriendo el diálogo al resto de la comunidad política; o bien proseguir su tarea de diversión y de división, apostando a que su hegemonía sea suficientemente fuerte como para manejar en solitario la situación, apelando cada tanto a la “varita mágica”, que con un seco golpe “de efecto mediático”, haga desaparecer algún vestigio de mal humor social. Tal vez la “doctrina Harry Potter” tenga la varita cansada de tanto esfuerzo creativo y ya los “malos de la película” comiencen a rodear la escuela Hogwarts. Podrían tener la necesidad de llamar también a Lord Voldemort, que fue el mago tenebroso más poderoso de todos los tiempos.

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