martes, 1 de mayo de 2012

YPF: el caso más paradigmático de un ideologismo decadente

Por Roberto Alvarez

Todos podemos equivocarnos y volver sobre nuestros errores y corregirlos.  Todo político que así obrare, actuaría con honestidad y todos deberían reconocérselo; simplemente porque nadie está exento.  No decir toda la verdad es bastante deshonesto. Es cierto que nadie puede ser obligado a auto-incriminarse, pero faltando a la verdad en forma grosera, tampoco ayuda a construir, entre todos, un proyecto.

Pero lo, peor no es eso. De cada equivocación rectificada uno puede sacar conclusiones y aprender.  De cada “falta de verdad”  solo se construye un relato que a nada conduce. La errónea privatización de YPF, realizada a caballo de un ideologismo liberal de moda en aquellos momentos, fue producto de no medir las consecuencias que ello traería. Se pensó para el corto plazo. Siempre predomina el cortoplacismo. Así estamos.

Ahora nos encontramos en el otro extremo: la presidente Cristina Kirchner anunció la inmediata intervención de YPF, y la expropiación y “re-estatización” del 51% de sus acciones. Que pasó entre estos dos hechos fundamentales. Que debate hubo?; Qué conclusiones se sacaron?;  Que aconsejaron los expertos?;  Cuales son los errores cometidos y cómo prevenir que no haya nuevos errores? Cuál es la explicación y la estrategia completa a futuro? Cuáles fueron los problemas de la empresa durante su gestión estatal y cuales durante su gestión privada?; ¿Cuál es el espacio para este tipo de debates trascendentes y estratégicos?

Diseccionemos el después de la privatización y el antes de la re-estatización.

Recordemos quienes apoyaron resueltamente la privatización realizada por el gobierno de Menem y Cavallo, fueron el peronismo menemista; los gobernadores y funcionarios de provincias petroleras, los que inclusive luego vendieron las acciones en poder de las provincias. No fue el radicalismo y otras fuerzas de izquierda. Luego los gobiernos de De la Rúa y de Duhalde poco hicieron para cambiar la situación de gestión privada. Eran épocas turbulentas.

Del 2003 al 2007 siguió todo igual.  Eran épocas de construcción política y de superávit gemelos.

En el año 2008, NK decidió la "argentinización" de la compañía, presionando a Repsol para que cediera un 25 % de acciones, pagaderas con ganancias futuras. Porqué NK eligió a su amigo Enrique Eskenazi, un banquero sin experiencia en petróleo?; ¿Porqué no comenzó un proceso de cesión al Estado Nacional? En esa misma época la presidente y sus ministros aprobaron un acuerdo de accionistas por el cual Repsol y Eskenazi se obligaron a retirar el 90% de las ganancias durante diez años; justamente para pagar esa cesión del 25% accionario. Ahora bien si se retiran casi todas las ganancias (lo usual es no más de un 25-30% en este tipo de industrias, ¿cómo se iban a realizar las inversiones necesarias para ampliar la reservas y la producción que necesitaba el país?

En el 2008 comienza la enorme sangría de YPF y con ello su  decadencia. Por qué el representante estatal en el Directorio; el ministro del área  y otros interesados no dijeron nada y entre todos dieron su consentimiento para aprobar los balances? Fue un error ideológico ó se trata de otro tema?

Si lo importante estratégicamente es el auto-abastecimiento energético , como puede explicarse que a lo largo de esta gestión  kirchnerista se le hayan adjudicado áreas de exploración a amigos del Gobierno, que no tienen experiencia ni antecedentes en petróleo, como Lázaro Báez, Cristóbal López, Eduardo Eurnekian, José Luis Manzano, Daniel Vila, Raúl Moneta y Daniel Lalín? . No será tiempo de auditarlos también a ellos?

El Ministro De Vido ejecutó una política energética de bajos precios (subsidiados) y no pudo controlar el vaciamiento de YPF. El es responsable, tal vez no el principal. Por su responsabilidad en el fracaso del modelo energético de los últimos 8 años, no debería estar a cargo de conducir un área que requiere experiencia y profesionalismo.

Qué nos ofrece el gobierno: una explicación  ideologista de lo que debe ser (parcialmente, ya que no encara el tema de fondo, la política energética), ni se ha hecho cargo de los graves errores políticos cometidos durante su gestión.  YPF es tan importante para los argentinos que su destino no puede quedar en manos de una sola fracción política. Debe garantizarse una explicación exhaustiva de los planes y estrategias. No hay porcentaje obtenido en una elección, por mas o importante que haya sido, que justifique la hegemonía absoluta (el 100% de las opiniones) sobre este tema. Porqué no se abre realmente el debate? Qué clase de “política de estado” es aquella que vota todo a “libro cerrado”. Donde está el diálogo?

España no merecía una resolución del modo como se hizo. También deberá reconocer España que no ha hecho malos negocios en la Argentina. Repsol es una empresa; no es toda España. Relativamente YPF es más importante para Argentina. Lo que nunca debió ocurrir,  la privatización de YPF, no fue una invasión española; fue una declinación nacional. Sabemos que España le ha dado una mano a la Argentina en momentos difíciles. También Argentina lo ha hecho con anterioridad. No deberíamos permitir que estos malos momentos enemisten a nuestros pueblos.

Frente a esta encrucijada que ha planteado el gobierno, que además no le encuentra una solución a los problemas energéticos argentinos (ni a la educación; ni a la justicia, etc), la llamada “oposición” tiene una nueva oportunidad de hacer algo por la Argentina: debatir y consensuar un proyecto alternativo para YPF y todo el sector energético. No debe seguir aceptando el conflicto de matriz ideologista, sino que debe plantear una solución a mediano y largo plazo, defendiendo los intereses reales y prácticos de todos los argentinos.

No debe seguir humillada, callada o comprada, quedando atada al carro de los vencedores circunstanciales. En los momentos de mayor incertidumbre es cuando debe resurgir la emoción de un sueño compartido; el mínimo orgullo de ser parte de este todo y no una fracción partida de una decadencia que avanza a paso redoblado.

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