
Todos podemos
equivocarnos y volver sobre nuestros errores y corregirlos. Todo político
que así obrare, actuaría con honestidad y todos deberían reconocérselo;
simplemente porque nadie está exento. No decir toda la verdad es
bastante deshonesto. Es cierto que nadie puede ser obligado a
auto-incriminarse, pero faltando a la verdad en forma grosera, tampoco ayuda a
construir, entre todos, un proyecto.
Pero lo, peor no es
eso. De cada equivocación rectificada uno puede sacar conclusiones y
aprender. De cada “falta de verdad” solo se construye un relato que
a nada conduce. La errónea privatización de YPF, realizada a caballo de un
ideologismo liberal de moda en aquellos momentos, fue producto de no medir las
consecuencias que ello traería. Se pensó para el corto plazo. Siempre
predomina el cortoplacismo. Así estamos.
Ahora nos encontramos
en el otro extremo: la presidente Cristina Kirchner anunció la inmediata
intervención de YPF, y la expropiación y “re-estatización” del 51% de sus
acciones. Que pasó entre estos dos hechos fundamentales. Que debate hubo?; Qué
conclusiones se sacaron?; Que aconsejaron los expertos?; Cuales son
los errores cometidos y cómo prevenir que no haya nuevos errores? Cuál es la
explicación y la estrategia completa a futuro? Cuáles fueron los problemas de
la empresa durante su gestión estatal y cuales durante su gestión privada?; ¿Cuál
es el espacio para este tipo de debates trascendentes y estratégicos?
Diseccionemos el
después de la privatización y el antes de la re-estatización.
Recordemos quienes
apoyaron resueltamente la privatización realizada por el gobierno de Menem y
Cavallo, fueron el peronismo menemista; los gobernadores y funcionarios de
provincias petroleras, los que inclusive luego vendieron las acciones en poder
de las provincias. No fue el radicalismo y otras fuerzas de izquierda. Luego
los gobiernos de De la Rúa
y de Duhalde poco hicieron para cambiar la situación de gestión privada. Eran
épocas turbulentas.
Del 2003 al 2007
siguió todo igual. Eran épocas de construcción política y de
superávit gemelos.
En el año 2008, NK
decidió la "argentinización" de la compañía, presionando a Repsol
para que cediera un 25 % de acciones, pagaderas con ganancias futuras. Porqué
NK eligió a su amigo Enrique Eskenazi, un banquero sin experiencia en
petróleo?; ¿Porqué no comenzó un proceso de cesión al Estado Nacional? En esa
misma época la presidente y sus ministros aprobaron un acuerdo de accionistas
por el cual Repsol y Eskenazi se obligaron a retirar el 90% de las ganancias
durante diez años; justamente para pagar esa cesión del 25% accionario. Ahora
bien si se retiran casi todas las ganancias (lo usual es no más de un 25-30% en
este tipo de industrias, ¿cómo se iban a realizar las inversiones necesarias
para ampliar la reservas y la producción que necesitaba el país?
En el 2008 comienza la
enorme sangría de YPF y con ello su decadencia. Por qué el
representante estatal en el Directorio; el ministro del área y otros
interesados no dijeron nada y entre todos dieron su consentimiento para aprobar
los balances? Fue un error ideológico ó se trata de otro tema?
Si lo importante
estratégicamente es el auto-abastecimiento energético , como puede explicarse
que a lo largo de esta gestión kirchnerista se le hayan adjudicado áreas
de exploración a amigos del Gobierno, que no tienen experiencia ni antecedentes
en petróleo, como Lázaro Báez, Cristóbal López, Eduardo Eurnekian, José Luis
Manzano, Daniel Vila, Raúl Moneta y Daniel Lalín? . No será tiempo de
auditarlos también a ellos?
El Ministro De Vido
ejecutó una política energética de bajos precios (subsidiados) y no pudo
controlar el vaciamiento de YPF. El es responsable, tal vez no el principal.
Por su responsabilidad en el fracaso del modelo energético de los últimos 8
años, no debería estar a cargo de conducir un área que requiere experiencia y
profesionalismo.
Qué nos ofrece el
gobierno: una explicación ideologista de lo que debe ser (parcialmente,
ya que no encara el tema de fondo, la política energética), ni se ha hecho
cargo de los graves errores políticos cometidos durante su gestión. YPF
es tan importante para los argentinos que su destino no puede quedar en manos
de una sola fracción política. Debe garantizarse una explicación exhaustiva de
los planes y estrategias. No hay porcentaje obtenido en una elección, por mas o
importante que haya sido, que justifique la hegemonía absoluta (el 100% de las
opiniones) sobre este tema. Porqué no se abre realmente el debate? Qué clase de
“política de estado” es aquella que vota todo a “libro cerrado”. Donde está el
diálogo?
España no
merecía una resolución del modo como se hizo. También deberá reconocer España
que no ha hecho malos negocios en la Argentina. Repsol
es una empresa; no es toda España. Relativamente YPF es más importante para
Argentina. Lo que nunca debió ocurrir, la privatización de YPF, no fue
una invasión española; fue una declinación nacional. Sabemos que España le ha
dado una mano a la Argentina
en momentos difíciles. También Argentina lo ha hecho con anterioridad. No
deberíamos permitir que estos malos momentos enemisten a nuestros pueblos.
Frente a esta
encrucijada que ha planteado el gobierno, que además no le encuentra una
solución a los problemas energéticos argentinos (ni a
la educación; ni a la justicia, etc), la llamada “oposición” tiene una
nueva oportunidad de hacer algo por la Argentina : debatir y consensuar un proyecto alternativo
para YPF y todo el sector energético. No debe seguir aceptando el conflicto de
matriz ideologista, sino que debe plantear una solución a mediano y largo
plazo, defendiendo los intereses reales y prácticos de todos los argentinos.
No debe seguir
humillada, callada o comprada, quedando atada al carro de los vencedores
circunstanciales. En los momentos de mayor incertidumbre es cuando debe
resurgir la emoción de un sueño compartido; el mínimo orgullo de ser parte de
este todo y no una fracción partida de una decadencia que avanza a paso
redoblado.
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