martes, 26 de junio de 2012

Acerca del debate sobre las drogas y el consumo sin sanción en Argentina


Por José Ricardo Spadaro

En esta fecha y en homenaje a Belgrano, voy a dar un parecer  en oposición a todos los proyectos que de un modo u otro, terminan promoviendo la libertad de consumir drogas con base en ciertas normas constitucionales que son interpretadas en forma conducentes aparentemente a esa libertad





Creo, respetuosamente, que esas posiciones no resuelven:
1. Cumplir con la finalidad del Estado: Sea Hobbes, Locke, Lenin, Kennedy, Yrigoyen, Perón - pensadores y políticos de distinto signos- han entendido desde la teoría y la praxis que su fin es el Bien Común y el monopolio en el uso de la fuerza legítima. Si el Estado cree que la autolesión en las personas  que traslada irremediables efectos a la sociedad y al individuo, no es su problema central como cuidado de su vida y convivencia.... bueno entonces Bakunin tenía razón (Anarquía).
2. La naturaleza letal del consumo, con acento en los sectores más desguarnecidos. Las clases medias y altas que consumen, no tienen  al menos esa amenaza de la calidad con que se asesinan; un poco más lentos; pero letales al fin. Entregamos al paco a los desposeídos de esta sociedad que delira igualdades que no cumple.
3. Desconocen que el consumidor es solo libre en la primera o segunda ingesta. Cuando la droga ha minado su voluntad, será un adicto dispuesto a consumir y obtener sin dominio de su propio yo. Se constituirá en destructor inmediato de su familia, amigos y luego pasara al delito, casi inexorablemente.
4. Desconoce completamente la modalidad polimodal del crimen organizado. Inicialmente proveerá masivamente drogas en forma gratuita y  cuando la adicción se instale, comenzara el comercio brutal. Acaso México y Colombia  - más allá de algunos ensayos de despenalización en ejecución-  ¿no siguen envueltas en consecuencias mortales diariamente? ¿Y la corrupción que sobrevendrá?; peor aun en los regímenes que no penalizan (¿ porque sigue viajando  a Europa la droga a ocho años de  la ley portuguesa que  sanciono la idea de no castigar a los usuarios de drogas y otros  diez países de la Unión Europea en donde  la tenencia de pequeñas cantidades de sustancias ilegales no es un delito. Porque los vuelos de los Juliá etc.???
5. La discusión torpemente Banaliza la gravedad de la cuestión: Desde la increíble afirmación hace un par de años del ministro Zaffaroni sobre la plantita de marihuana, - mas allá de su enjundia respetable y reconocida en numerosos foros internacionales y cultor educativo preponderante en Argentina- , hasta el hecho de haberse ideologizado una decisión que debe enteramente discutirse con parámetros científicos, legales, médicos, axiológico, sociológico y de unidad familiar desde la perspectiva de que entendemos por humanidad y persona. Voceros opinando con máxima superficialidad agregan el ruido de este grave asunto exaltando una supuesta afirmación de la Libertad y negación de intromisión del servicio de policía en estos asuntos. Esta bien; que no sea la policía – que además sigue alejada de estar preparada modernamente para este flagelo.- Pero veamos el ap.6
6. Confunde al enfermo adicto con el sujeto activo de un delito con pena de prisión: Ciertamente suscribo no encarcelar ni detener al enfermo; porque ciertamente lo es y es una calamidad su aprehensión. Pero mientras en el catalogo penal no existan medidas coactivas de seguridad – autónomas- con fines de salud publica y recuperación social, deben o crearse. ¿Cómo? La detección del enfermo, así como ciertas enfermedades contagiosas o heridos que acceden a un hospital deben darse cuenta…. ¿A quien? A la autoridad sanitaria quien con intervención judicial lo internara para su tratamiento. ¿Cómo? Modificando el art 5 del cód. penal argentino distinguiendo penas y medidas de salud publica coactivas, siendo  el bien jurídico tutelado precisamente el ejercicio de la Libertad (que la pierde en la inconciencia de la droga). En síntesis: Desincriminar el consumo de la prisión y mantener la prevención coactiva del deber de tratamiento medico. ¿Porque? Porque el consumo de drogas, a diferencia del alcoholismo, tiene como signo perverso su irradiación inmediata al más próximo, al ser un modo social de comunicarse que requiere del otro y porque el Estado no puede ser el cancerbero que provea drogas para asistir al suicidio. No es un tema de derecho civil como algunos sugieren; detrás de este enfermo hay actividad criminal así que no confundir su inserción.
7. Enfrentar de una vez, la ilegalidad en el plano del tráfico: Tengo el derecho y el deber de opinar como ciudadano que ocupo cargos en este ámbito. La Nación tiene en este tema un problema de no menos de veinte años de instalación y desarrollo. No será con discusiones nuevamente ideologizadas que se  iniciara un camino de efectiva contención. No buscar mas culpables  en la gestión política ni de ayer ni de hoy – ya que no hay  sobreseimiento para nadie , por omisión- y avanzar en definiciones revolucionarias en la materia – sin ejércitos en las calles- reformulando la seguridad publica y los organismos del Estado. No serán conferencista circulando por el mundo los que van a resolver esto ni mucho menos  policías ni gendarmes  sin renovarse en la concepción y enfoque multidisciplinario del problema ni legisladores aislados discutiendo de lo que no necesariamente saben.
8. Existe una juventud brillante que puede ser capacitada desde los valores, para dar los cambios en este desafío de tanta entidad, como Malvinas ayer.- Con mercaderes a sueldo, no hay destino. El poder fenomenal de la corrupción y la violencia, aquieta conciencias fácilmente. Solo valores podrán hacer frente




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