martes, 26 de junio de 2012

¿Existen bases para organizar un sistema político republicano y democrático?


Por Héctor Blas Trillo

Desde diversos medios se sostiene que hoy en día no existe una verdadera oposición estructurada en la Argentina. Desde nuestros comentarios hemos insistido una y otra vez que en verdad no existe una oposición, sino más bien una competencia. El deseo de reemplazar a los que están para ocupar su lugar y hacer prácticamente lo mismo, aunque con la idea de que ellos lo harían mejor.
Así vemos que espasmódicamente aparecen proyectos que mueren antes de nacer sobre cuestiones que en un momento dado  son puestas sobre el tapete, como ocurre en estas horas con la cuestión del mínimo no imponible del impuesto a las ganancias que alcanza a los trabajadores.
Pero desde ningún sector de la oposición, si es que existiera alguna, se intenta elaborar al menos una línea ideológica que ataque los verdaderos problemas que aquejan al país desde hace muchos años y que se han agravado últimamente de manera casi grotesca.

Lo que haremos a continuación es intentar enumerar algunos de esos problemas que según nuestro particular modo de ver podrían dar pie a la construcción al menos de una alternativa política al esquema vigente. No se trata de que nuestros amables lectores coincidan con todos, o con algunos, se trata de hacer notar que es posible armar algunas ideas fundamentales, y que curiosamente nadie lo hace en la Argentina actual.
Veamos:

Hay que avanzar para volver al federalismo, terminar con la arbitrariedad de la distribución de fondos a las provincias según criterios clientelísticos o que no obedezcan a cálculos matemáticos precisos y preestablecidos.


1.      Es indispensable reconocer la existencia de un alto índice inflación y la necesidad de crear un plan antiinflacionario serio a cargo de profesionales reconocidos.
2.      Debe haber alguna propuesta seria para terminar con la fantochada en que se ha convertido el INDEC, e incluso establecer un método para reconocer, hacia atrás, todo lo que se han adulterado los índices.
3.      Es necesario garantizar de alguna manera, como podría ser un acuerdo político integral, que los fallos de la Justicia habrán de ser cumplidos.

4.      Se impone pautar una política que lleve a la Justicia a niveles de excelencia, enjuiciando a aquellos magistrados que claramente no cumplen su cometido y que las acciones que se lleven contra ellos no choquen con un Consejo de la Magistratura amañado y politizado según los intereses de un partido gobernante.
5.      Hay que garantizar la libertad en cuanto al ingreso y egreso del país, adquisición de divisas a algún precio y eliminar todo tipo de trabas al libre albedrío de disponer de lo que es de cada uno.
6.      Hay que avanzar para volver al federalismo, terminar con la arbitrariedad de la distribución de fondos a las provincias según criterios clientelísticos o que no obedezcan a cálculos matemáticos precisos y preestablecidos.
7.      Hay que terminar con la persecución y los insultos a medios no amigos del poder. Del mismo modo, hay que acabar con los medios de propaganda oficial, sean del Estado o apañados por el gobierno.
8.                  Hay que establecer claramente que la distribución de la publicidad oficial en los medios debe estar fundamentada en la penetración que los mismos tienen y no en cuestiones de cercanía ideológica.
9.                  Hay que avanzar hacia al democratización del sindicalismo, la libertad de afiliación y el reconocimiento de sindicatos sin tener que pasar por el filtro de la obtención de la personería gremial.
10.               Hay que restituir un Banco Central genuinamente independiente del poder político, que funcione de manera autónoma y que no responda a intereses políticos de un gobierno determinado. Profesionalizado y con objetivos claros, precisos, matemáticos, en materia monetaria.
11.               Hay que establecer pautas para la eliminación de todo tipo de subsidios, planes de ayuda o asignaciones por hijo o de cualquier otra índole que se presenten como un derecho adquirido indefinidamente. El objetivo de las ayudas es siempre transitorio y debe ser reemplazado por trabajo genuino. Sólo así se evita el clientelimo y el voto cautivo.
12.               Hay que acordar que ninguna reforma de la Constitución se hará con el objetivo, directo o indirecto, de facilitar reelecciones adicionales de ningún candidato.
13.               Hay que terminar con toda forma de prohibición, limitación, pedido de autorización o cualquier variante por el estilo que limite la posibilidad de vender o comprar localmente o en el extranjero lo que sea. Los sistemas arancelarios, aunque a nuestro modo de ver pueden resultar muy negativos, nunca lo serán tanto como la arbitrariedad de que ciertos funcionarios suban o bajen el pulgar todos los días.
14.               Hay que proponer una reforma tributaria integral, que devuelva federalismo a las provincias y que a nivel nacional sea lo más general posible, evitando exenciones y desgravaciones específicas que siempre dan lugar a controversias y a abusos. La carga tributaria debe basarse en la equidad, en la igualdad, como base de las cargas públicas.
15.               Es preciso acabar con la coerción que provocan cortes de rutas, calles y puentes, lo mismo que bloqueos a plantas o fábricas de lo que fuera.  Las manifiestaciones no deben ser hechas para cortar caminos, a lo sumo un camino podría resultar cortado por una multitud manifestándose, pero el corte del camino sería en todo caso una consecuencia y no la razón de la protesta.
16.               Hay que esforzarse por respetar los principios constitucionales. Especialmente los vinculados con las libertades y los derechos y garantías en general.
17.               Es necesario terminar con el reparto de cargos públicos con remuneraciones fuera de toda lógica y en donde claramente no existe idoneidad.
18.               En términos mucho más generales, es preciso establecer un sistema de límites a los gastos nacionales, provinciales y municipales, tomando en cuenta las necesidades de cada área pública y comprendiendo que el gasto sin limitaciones conduce siempre al endeudamiento, a las llamadas “cuasimonedas”, a la baja productividad y en definitiva de una u otra forma a la inflación.
19.               Es necesario organizar un sistema educativo de excelsitud, con profesores y material idóneo, con planes de estudio desarrollados por profesionales en un marco de absoluta libertad, e incluso con la posibilidad de no ser todos iguales en tanto mantengan ciertos principios básicos de integración para la profesión de que se trate.
20.               La seguridad urbana y rural debe ser garantizada por el Estado, del mismo modo debe asegurarse el respeto de los contratos, de la ley, del prójimo como tal.
21.               Debe avanzarse para terminar con las formas de discriminación, contra la xenofobia cada día más difundida, contra el racismo y el antisemitismo. Es imperioso educar a los chicos en un marco de libertad de cultos, de ideas, de aceptación del otro cualquiera sea su visión de la vida. La Argentina es y ha sido siempre un país abierto al mundo. Hay que garantizar que así sea.
22.               La propiedad debe respetarse y no puede ser nadie privado de ella sino en virtud de una ley anterior que la declare de utilidad pública y previamente indemnizada. Este punto lo exaltamos y no nos apartamos de la línea constitucional debido a lo ocurrido con YPF, o más bien con la española REPSOL, ya que la confiscación abarcó a sus acciones únicamente. Es decir que no sólo se la confiscó sino que no se respetó la proporcionalidad.
23.               Los funcionarios de cualquier rango y nivel deben actuar ceñidos a la ley y no disponer de poderes que exceden el marco normativo y constitucional. Es preciso terminar con los abusos de poder que significan ciertos actos prepotentes o discrecionales que ni vale la pena enumerar.
24. Toda otra consideración que signifique acercarnos al Estado de Derecho, a la igualdad ante la ley, a la independencia de los poderes, a la libertad de elegir, etc. 

Hasta aquí hemos enumerado a vuelapluma lo que consideramos es básico. Seguramente nos hemos olvidado de no pocas cosas como siempre ocurre cuando alguien intenta volcar taxativamente los datos de una realidad. Consideramos que una fuerza política integradora podría seriamente abocarse a encarar una genuina plataforma política, buscar adhesiones sin banderías políticas y con la intención de hacer cumplir estas premisas, u otras parecidas.

Premisas al fin que deberían contar con el compromiso de sostenerse a lo largo del tiempo. No se ve en la actual situación una genuina fuerza que pretenda encauzar estos pensamientos, bastante lógicos y que tienen por lo general su origen en lo establecido en la misma Constitución Nacional.
Consideramos que aún se está a tiempo de constituir un grupo político que al menos empiece a debatir seriamente qué país queremos. Ya lo dijimos al principio. Puede ser sobre la base de esta enumeración o de cualquiera otra, pero nunca podrá ser sobre la base de la arbitrariedad o el ”mandamasismo” de un grupo encaramado en el poder.

No hay comentarios:

Publicar un comentario